Pasados unos días después de la entrega de calificaciones del primer parcial de este curso de Introducción a la Pedagogía para estudiantes de nuevo ingreso de la licenciatura en Pedagogía, en la Universidad ICEL Campus La Villa, me permito reflexionar sobre lo que han sido estas 5 primeras semanas del curso.
Caminar y facilitar el camino a 18 jóvenes (17 señoritas y un varón) en sus primeros pasos por la hondonada florida y boscosa de la Pedagogía, es una experiencia sumamente interesante... Es poder reflexionar sobre la importancia de cultivar el pensamiento, la reflexión y la predisposición hacia la acción en 18 personas diferentes, únicas e irrepetibles, que tienen al día de hoy el común interés de transitar por los senderos de las disciplinas pedagógicas, y la meta común de obtener en unos añitos (tan sólo un suspiro) un título que las acredite como Licenciadas en Pedagogía.
Andar con aprendices ("aprendientes" yo les llamaría) es una invitación a retomar uno mismo el carácter de "eterno aprendiz" que cada uno es, más allá de todos los títulos y grados que la Academia pueda otorgarle a cada cual... Ahora, marchando junto a mis estudiantes-colegas, me permito pensar, reflexionar y predisponer a la acción permanente, tanto de mi práctica docente, como de mi formación postgradual.
Es gracioso que un andragogo converso a quien sólo le agradan los niños "al mojo de ajo" (aunque no los recomiendo por ser sumamente indigestos), tenga la encomienda institucional de encaminar a 18 futuras pedagogas, muchas de las cuales aman a los niños. Sin embargo, aunque es gracioso en modo alguno es contradictorio y/o incongruente, dado que:
En breve comenzaremos el segundo parcial y los temas del curso se irán tornando más concretos y "direccionados"... Espero que esta alegre marcha andragógica con mis estudiantes, nos lleve a puerto seguro y se constituya en un verdadero proceso intersubjetivo yconstruccionista de enseñanza-aprendizaje...
Caminar y facilitar el camino a 18 jóvenes (17 señoritas y un varón) en sus primeros pasos por la hondonada florida y boscosa de la Pedagogía, es una experiencia sumamente interesante... Es poder reflexionar sobre la importancia de cultivar el pensamiento, la reflexión y la predisposición hacia la acción en 18 personas diferentes, únicas e irrepetibles, que tienen al día de hoy el común interés de transitar por los senderos de las disciplinas pedagógicas, y la meta común de obtener en unos añitos (tan sólo un suspiro) un título que las acredite como Licenciadas en Pedagogía.
Andar con aprendices ("aprendientes" yo les llamaría) es una invitación a retomar uno mismo el carácter de "eterno aprendiz" que cada uno es, más allá de todos los títulos y grados que la Academia pueda otorgarle a cada cual... Ahora, marchando junto a mis estudiantes-colegas, me permito pensar, reflexionar y predisponer a la acción permanente, tanto de mi práctica docente, como de mi formación postgradual.
Es gracioso que un andragogo converso a quien sólo le agradan los niños "al mojo de ajo" (aunque no los recomiendo por ser sumamente indigestos), tenga la encomienda institucional de encaminar a 18 futuras pedagogas, muchas de las cuales aman a los niños. Sin embargo, aunque es gracioso en modo alguno es contradictorio y/o incongruente, dado que:
- Para ser un buen conductor de niños, hay que ser un adulto plenamente formado, y
- Por más adulto que uno sea, no hay que perder el contacto con el niño interior que habita en cada uno de nosotros.
En breve comenzaremos el segundo parcial y los temas del curso se irán tornando más concretos y "direccionados"... Espero que esta alegre marcha andragógica con mis estudiantes, nos lleve a puerto seguro y se constituya en un verdadero proceso intersubjetivo yconstruccionista de enseñanza-aprendizaje...
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